Hace unos meses leí una artículo en el que hablaban de unos restos arqueológicos que ponían en tela de juicio las teorías acerca de la división del trabajo por sexos en la prehistoria. Los restos pertenecían a una joven de entre 17 y 19 años, enterrada con sus utensilios de caza. Siempre se ha dicho que los hombres eran los que salían a cazar y que las mujeres se quedaban a cargo de los hijos y de otras labores como recolectar. Este hallazgo ha llevado a que se revisen otros enterramientos en los que se ha comprobado que no solo había hombres sino también mujeres cazadoras. Esto da la vuelta a esas creencias en cuanto a las funciones por géneros en la prehistoria. Te dejo aquí la noticia por si quieres leerla.
La niña invisible es un libro que leí hace ya algunos años, cuando ganó el Premio El Barco de Vapor de literatura infantil. Al saber de esta noticia, me pareció un buen momento para releerlo y hacer una reseña con esta nueva información. Creo que el cerebro ancestral de Puño ya había puesto en tela de juicio cuestiones que ahora se confirman. Eso, o es un visionario, bueno más bien un “retrovisionario”. Y te explico por qué.
La niña invisible nos cuenta la historia de Trog, una niña de la prehistoria que vive con su familia en una cueva. Esta familia pertenece a una tribu cuyo jefe es Vern, que a veces es un poco bruto, y cuyo líder espiritual se llama Groo. En esta tribu las mujeres se dedican a recolectar, tejer ropa, cuidar a los hijos…y los hombres son los que tallan y fabrican las armas y salen a cazar. Pero, para poder convertirse en un auténtico cazador y ser aceptado en la tribu, tienen que pasar un ritual de iniciación, tienen que convertirse en invisibles. Para esto los niños hacen un viaje iniciático en solitario por el bosque, luego tienen que cruzar el páramo y llegar a la Montaña Que Toca el Cielo. El objetivo del viaje es regresar con vida y con una buena pieza de caza.
A Trog le parece muy injusto que ella, por ser niña, no pueda ni siquiera optar a ser invisible. Se muere por cazar; sabe manejar las armas, seguir un rastro, los retos del camino…lo sabe todo para hacer El Viaje. Pero no le dejan porque es una niña.
Pero “ser una niña” no es un argumento que a Trog le valga, porque ella sabe que está destinada a hacer ese Viaje. Quizá más que ningún otro de la tribu. Así que Trog demostrará que ella puede hacer el Viaje igual que cualquier niño y, con mucho miedo, pero también con una gran seguridad, iniciará un camino que le deparará muchos descubrimientos y sorpresas. Descubrimientos que le harán crecer no solo a ella, sino a toda su tribu y quizá a toda la sociedad.
«Aquella noche, Trog se sintió más unida a su familia que nunca. Si no hubiera estado tan ocupada por mostrarse dura como una roca, se le habrían saltado las lágrimas cuando su padre y sus hermanos se pusieron de su parte. Se escabulleron pronto, y mientras el resto debatía aún al calor de la gran pira en lo alto de la colina, la familia se acurrucó en el fuego de su propia cueva».
La niña invisible es una historia de tesón, de esperanza, de no rendirse. Trog, a pesar de su corta edad, se conoce muy bien a sí misma y sabe qué es lo que le gusta y para lo que vale. No le importará enfrentarse a las normas establecidas e incluso al jefe de la tribu con tal de poder llevar a cabo la misión para la que, como está convencida, ha nacido.
Es un libro muy divertido con unas ilustraciones geniales de Marta Altés. Puño ha hecho un retrato muy personal de la prehistoria. Un retrato que mezcla realidad, fantasía y mucha imaginación. Un retrato que, como dije al inicio, se planteó una posibilidad que hasta hace poco no se había reconocido en la historia y es que, en esa sociedad prehistórica, las mujeres, al igual que los hombres, se dedicaran a la caza.
Es una novela divertida, tierna y con unos personajes entrañables.
David Peña Toribio, Puño, además de escritor, es ilustrador, fotógrafo y educador creativo en Holanda, España y Colombia. Ha colaborado en publicidad, prensa, animación y en la ilustración de obras infantiles y de adultos. Durante un tiempo dirigió las editoriales Ediciones Peo y Ultrarradio y ha publicado en varias revistas de cómic. Ha ganado varios premios, entre ellos, el Barco de Vapor del año 2018 con esta obra.
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