El verano en que llegaron los lobos es la última novela ganadora del Premio Gran Angular de Literatura Juvenil. Una historia de Patricia García-Rojo que nos habla de un pueblo en el que no hay cementerio, porque la mayoría vuela antes de morir.
Un pueblo de pájaros
Ana, además de una adolescente que sueña con ir a la universidad, es un ciervo. Un ciervo en un pueblo de pájaros. Por eso quiere ir a la universidad, para salir de ese lugar en el que nunca ha encajado. Tiene amigos, pero no puede volar como ellos. En el pueblo viven 127 personas. 123 son pájaros, con la excepción de Ana y su mejor amigo Tomás, un hombre de cincuenta años que es un corzo. Ana y Tomás tienen una tradición, ir a la isla el día del cumpleaños de la chica. Con él se siente comprendida y cómplice. Pero ese año todo va a cambiar de forma abrupta.
Los lobos
Todo comienza con la llegada de tres lobos a la ciudad, un padre y dos hijos: Nadir y Shasha. Y en un pueblo de herbívoros, todos temen a los lobos. Esta familia sufre el rechazo del pueblo desde su llegada, salvo el de Ana y sus padres, que no ven motivo para alarmarse. Sin embargo todo cambia cuando, el día del cumpleaños de Ana, tiene lugar un suceso que sacude a todo el pueblo. A partir de ese momento, los lobos son acosados y perseguidos, y Ana tiene que demostrar que ellos no son los culpables de lo que ha ocurrido. Así lo cree y así se lo dice su instinto.
El verano en que llegaron los lobos
El verano en que llegaron los lobos es un thriller en el que Ana, la protagonista, debe resolver un misterio y sacar a la luz unos cuantos secretos. En ese camino, se conocerá más a sí misma y comprenderá que, tal vez, sí pueda encajar en su pueblo siendo un ciervo. Una historia de suspense, amor, verano, identidad, muchos pájaros, tres lobos, un banco de lubinas, un ciervo y un corzo. Y todo esto narrado con la sutileza y la belleza que Patricia García-Rojo otorga a sus textos. Porque la prosa de Patricia suda poesía por todos los poros.
«Cuando descubrí que no era la única incapaz de alzar el vuelo, me hice amiga de Tomás.
Un corzo y un ciervo tienen muchas cosas en común. No importó que él tuviese cincuenta años y yo solo fuese una niña. Los dos entendíamos el silencio. Los dos podíamos quedarnos quietos mirando algo fascinante durante horas. Los dos recorríamos la isla saltando entre las peñas, oliendo el verde y el mar, buscando brotes tiernos bajo las ramas de los árboles.
—Has nacido vieja—suele decirme Alicia.
—He nacido ciervo—respondo yo, con más orgullo del que siento.
Ella es una bandada de tórtolas y, aunque nunca lo diga en voz alta, me desprecia»
El verano en que llegaron los lobos, Patricia García-Rojo
Si te gusta escribir
En este libro, Patricia García-Rojo ha introducido la fantasía de una forma bella, sutil y poética como ya hizo en su novela El Mar, cuya lectura también te recomiendo. De esta forma, nos encontramos ante una historia que parece absolutamente realista, pero con ese elemento fantástico que es el hecho de que los personajes, además de humanos, sean también animales. Un realismo mágico contemporáneo delicioso y, como te digo, muy poético. Los animales, metáfora de las personalidades de cada personaje, le proporcionan al texto una dimensión simbólica que nos lleva a diferentes capas de lectura.
Si quieres leer más reseñas de libros de esta autora, te dejo aquí las de El asesino de alfas, La cámara del monarca y El duelo de sucesión pertenecientes a su exitosa Trilogía de los alfas.
Abrazos lobunos
