Ocho vidas es el nuevo álbum de Javier Fonseca ilustrado por Eva Delaserra y editado por Emonautas. Una historia muy especial en forma y en fondo.
Siete
Efectivamente, es una historia muy especial. Y lo es porque es un álbum ilustrado infantil que nos habla de la muerte y el duelo, dos temas que a veces se nos hace difícil encontrar entre las lecturas para ciertas franjas de edad. Pero, además, es un cuento silente, es decir, no tiene texto. La historia se compone a través de las imágenes que, de forma magnífica, nos ayudan a comprender la historia de sus protagonistas. Una historia que comienza cuando una gata ha consumido su última vida, la número siete.
La muerte
Lo bonito de las historias sin texto es que puedes contarlas como quieras, a tu manera. Si tenéis niños, os animo a que les dejéis a ellos interpretar las ilustraciones, narrar el cuento. Este libro comienza con una importante ausencia, la de la gata amiga y compañera del protagonista. También con una casa que nos deja ver algunos objetos que alguna vez fueron de un animal, de esa amiga gatuna: una pelotita para jugar, el cuenco de la comida, un collar…y con un hombre que ahora está solo sin esa amiga y que, sin estar, la ve en todas partes, porque ¡Cuánto la echa de menos!
El duelo
Ya no tiene que ponerle el pienso cada día. Tampoco la siente subida sobre su regazo mientras ve la televisión sentado en el sofá. Las noches son extrañas sin esa bola peluda saltando sobre su cabeza para salir por la ventana y hacer su ronda nocturna por los tejados. Ella está en todas partes y, a la vez, no está. Y eso duele. Y, ante ese dolor, el protagonista hace lo que puede: sueña con ella, la sigue, la busca…
Ocho
Y en esa búsqueda va a encontrar algo. Algo que dará paso a una nueva vida. Una nueva vida sin su gata, pero con otras ilusiones y esperanzas.
Ocho vidas
Ocho vidas es un álbum tierno, delicado, que trata con exquisitez y dulzura el tema de la ausencia ¿Cómo recomponerse tras una pérdida? No es tarea fácil, pero Ocho Vidas nos enciende una llama en el corazón, nos pellizca con esperanza, pues, aunque los duelos son duros, a veces la vida nos sorprende y tira de nosotros hacia adelante.
Si te gusta escribir…
Este álbum ilustrado es un ejemplo maravilloso de como una historia se puede contar sin palabras. En este tipo de libros, texto e ilustración deben ir de la mano, complementarse sin que uno robe el espacio del otro o resulte redundante. Imagen y texto deben contar lo que el otro calla. En este caso, es la ilustración la que nos lleva por la historia y nos deja a nosotros, los lectores, ponerle voz y palabras a este bonito cuento.
Si quieres conocer otros libros silentes, te dejo aquí la reseña de Gigante de Javier Andrada, un libro muy bello contado también sin palabras.
Abrazos gatunos
